lunes, 19 de marzo de 2012

Capitulo 1. Todo comienza el día de hoy.

Después de preguntar 4 veces sin obtener respuesta me resigno a preguntar por última vez, si no responde me olvidare de todo.

-¿Falta mucho?-pregunte con esperanzas de una repuesta.
-Si, guarda silencio-dijo él complaciéndome finalmente.
-Pero, ¿Cuánto falta?
-El tiempo que se necesite-gruño fastidiado.
-Ni siquiera quería venir.
-¿Te callas?
-Déjame en paz.
-Si no te callas te dejo en medio de la carretera-amenazo.
-Si de esa forma no tengo que ir a esa estúpida Universidad y ver tu cara todos los días me estarías haciendo un gran favor-gire mi vista a la ventana-
-¡Deja de reprochar!
-Pues no me fastidies-dije harta de su actitud.
-¡Entiende que ya no eres una niña! ¡Tienes que ir a la universidad!-gritó y me miro con ira.

Heme aquí de nuevo discutiendo con él.
No discutimos por cualquier cosa; lamentablemente me a inscrito en una Universidad en la que ni siquiera quiero estar.
El maldito se cree mi padre, que sea el hermano mayor no le da derecho de decidir lo que hare con mi vida.
Perdón, no me presente; soy (tn)____ Zürffi , tengo 18 años (creo ser suficiente mayor como para seguir siendo dominada por mi hermano) Y bueno…estoy a punto de cruzar el primer año de Universidad.
El idiota con el que discuto es mi hermano mayor. Thomas, más conocido como el orgullo de la familia Zürffi (dudo mucho que a lo que tenemos se le pueda llamar familia) Thomas tiene 20 años de edad, es serio, independiente, dedicado, sin duda alguna una persona cruel, no tiene sentimientos, goza de mi dolor y para colmo de los males es un maldito patán rompe corazones.
No le importa otra cosa que no sea su carrera y él mismo.

-¡Y crees que yo si!
-A ti te encanta ese lugar-dije lo más serena que pude.
-¡Pero no si tu estas también!

Hace años no era así, no era así conmigo…él era otro

-Nunca te dije querer ingresar ahí.
-Tienes que hacerlo nos guste o no a ambos.
-Pero no es justo.
-Ya hable contigo de esto-me regaño.
-Es tu culpa-me queje y segundos depuse quise arrepentirme de haber dicho tal cosa.
-¿Qué?-pregunto incrédulo.
-Es tu culpa que yo ingrese a esa universidad, tu me inscribiste sin siquiera preguntarme-sentí como freno en seco, dejando la camioneta en plena carretera-¿Qué te pasa, Thomas?-pregunte atónita ante su acción.
-¿Crees que por tu caprichito de seguir estudiando en Berlín dejaría que siguieras aprovechándote de la bondad de nuestra tía?-me miro enojado.
-¡Yo nunca me he aprovechado de Eliza!-automáticamente me defendí.
-Has vivido con ella por más de 4 años. La medicina implica 10 años de estudio, no dejaría que siguieras siendo una mantenida-busque algo con que defenderme y segundos después hable.
-No es justo, ella igual tuvo que mantenerte.
-Solo un año, y todo ese tiempo trabaje para apoyarla con los gastos-se defendió.
-Pero, igual lo hiciste.
-Por favor-rio irónico.
-¡Viviste solamente un año con ella solo por el hecho de que ingresaste a la Universidad y para tu suerte es un internado!-vi como alzo la mano para golpearme-¡Perdón, me callare!-solo serré los ojos esperando el impacto, pero nada paso. Thomas suspiro, bajo su mano y arranco la camioneta tomando el camino de nuevo.
-Solo no molestes.

Mi tía Eliza. Thomas y yo somos huérfanos, hace mas de 4 años nuestros padres murieron en un incendio en la clínica donde trabajaban, curiosamente todos en la familia Zürffi estamos destinados a tener éxito en la rama medica; nuestra tía Eliza era la única familia que teníamos en ese entonces en Berlín así que acudimos a ella, nos crio en la ausencia de mis padres. Thomas solo estuvo un año con nosotras, después ingresó a la Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universität en la facultan de medicina, con la colegiatura ya pagada anteriormente por mi padre; ya que mucho antes de su muerte ya tenía nuestro futuro planeado.
Por mi parte, viví durante 3 años más con mi tía hasta terminar la preparatoria. Quería seguir en Berlín y estudiar la Universidad ahí, por esa misma razón rechacé la beca para la que anteriormente había aplicado en la misma Universidad, pero Thomas cambio mis planes al volver a Berlín ordenándome empacar mis cosa e irme con él a Bonn.

Me coloco lo audífonos tratando de ignorar la presencia de aquel monstruo…aun lo siento a mi lado…subo mas el volumen de la música hasta no sentirlo más.
Al ver por la ventana todo son arboles y yerbas, pero hay algo a lo lejos que llama mi atención ¿son edificios? no logro distinguir que es

-Thomas-llamé a mi hermano-¿qué es eso que se ve adelante?-me quite los audífonos y seguí mirando aquello a lo que no le encontraba forma alguna.
-La Universidad-respondió sin quitar la vista del frente.
-¡Ah!-grite con emoción sabiendo que pronto terminaría el estresante viaje-Dale, mueve tu chatarra y ve más rápido.
-¿Eso es una orden?-preguntó con enojo-
-No, lo siento, pero por favor ve más rápido-suplique.
-No-su respuesta es segura y no puedo hacer más que tragarme las ansias.

Con forme avanzamos en la carretera la Universidad se ve más cercana y más grande, Thomas es una tortuga al volante.
Por fin nos vemos cruzando las cabinas de seguridad que dividen el instituto del exterior, ante la atenta mirada de los guardias pasamos sin ningún problema.
El lugar es enorme, los edificios lo son igual, todo es majestuoso. Lo admiro todo desde la camioneta y las ansias de tocar el suelo me carcomen por dentro.
Cruzamos todo lo que es el área de las facultades y entramos a lo que parece ser un fraccionamiento

-¿Dónde vamos?-pregunte mirando por la ventanilla.
-A nuestro apartamento.
-¿Apartamento?-estaba incrédula-Creí que eran edificios con dormitorios.
-Creíste mal.

Veía chicos, y chicas, abrasarse, conversar, tal vez conversan sobre su verano, sobre lo divertido que la pasaron y ese tipo de cosas; algunos se despiden de sus familias que vienen a dejarlos, etc.
Los apartamentos se ven muy lindos y espaciosos desde afuera, me pregunto si será igual por dentro. Thomas estaciona la camioneta en frente de uno de los apartamentos, no es muy diferente a los otros, pero es lindo de igual forma.
Antes de que pueda bajar de la camioneta Thomas me detiene tomándome firmemente del brazo.

-Meteré tus cosas y enseguida entras, pero no bajes de la camioneta –ordenó.
-¿Por qué?-mire su mano sostenerme con fuerza y después lo mire.
-Porque yo lo digo-me soltó y bajó de la camioneta, mientras me quede en mi lugar tal y como dijo.

Me pasme al ver como chica tras chica en cuestión de segundos comenzó a rodear a mi hermano, sin embargo este las ignora y baja cada valija para después meterla al apartamento ignorando la presencia de las chicas. En su lugar me sentiría asfixiada. 
¡Diablos, mi hermano es extremadamente codiciado aquí (también)! Lo que me faltaba, otro lugar donde las personas se acercaran a mi solo por mi hermano, razón principal por la cual nunca he tenido verdaderos amigos. Las chicas solo me buscan por mi hermano y los chicos huyen de mi por temor a él.

-Ya, bajate-dijo Thomas abriendo la puerta de mi lado.
-¿Qué hiciste con las chicas?-me percate que las chicas habían desaparecido.
-Les dije que me esperaran en la cancha de baloncesto. 
-¿E iras?
-Claro que no. Antes de entrar ve con aquella mujer-la señalo y entro al apartamento.

Me acerque a la antes ya mencionada mujer. De unos 40 años, cabello castaño, liso, hasta los hombros y ojos marrones. 
Se encontraba sentada en una silla detrás de una pequeña mesa, como formando una especie de escritorio, rodeada de cajas y mas cajas de cartón.
-Disculpe señorita, ¿su nombre, por favor?-dijo la mujer amablemente.
-(tn)____, (tn)____ Zürffi-respondí, debe de estar aquí para orientar a los alumnos sobre sus departamentos, supongo.

-¿Zürffi?-ojeo su libreta donde al parecer tenia los nombres de los alumnos-Mmm si, aquí esta. (tn)____ Zürffi. Estas son las llaves de su departamento-tome las llaves y ella pregunto-¿Primer año, cierto?
-Si.-Ella se puso de pie, tomo una de las tatas cajas de cartón que la rodeaban, me la extendió y la tome extrañada.
-¿Qué es esto?-mire la caja.

La caja tiene dos calcomanías una con el sello del instituto y otra con mi nombre y el grado que cursó

-Son sus libros, y todo lo necesario
-Ah, gracias, ¿eso es todo?-mire a la mujer.
-Claro, ya puede irse. Ah, señorita Zürffi.-se apresuro a llamarme.
-¿Si?
-Bienvenida –me dedico una cálida sonrisa.
-Gracias-le sonreí devuelta, acomode un poco la caja entre mis brazos y entre al que ahora es mi apartamento.
                                               

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