domingo, 25 de marzo de 2012

Capitulo 3. Pequeño error.

Me recuesto en mi incomoda cama, miro al techo, pero en realidad no lo veo…mi mente vaga por algún lugar que desconozco. El sabe que lloro desenfrenadamente ¿pero le importa? No. Hace no se qué cosas en su habitación mientras su hermanita se ahoga entre lagrimas. ¡Quiero irme de aquí!...
Sin ánimo alguno seque las lágrimas que rodaban por mis mejillas. Me pare, saque una de mis toallas y me dirijo al baño mientras me lamento por no poder tener uno propio.

Terminada mi ducha me encontraba ya en mi habitación con mi pijama puesta...son alrededor de las 7:30 pm, no importa que este en pijama, de igual forma Thomas no me dejara salir y no quiero verle la cara.
Cansada y aturdida por el viaje me acomode entra mis sabanas blancas y a los mi minutos caí en los brazos de Morfeo.

Abrí los ojos de apoco pero no pude ver nada, la oscuridad de la noche llena mi habitación.

-Rayos…

Al parecer mi siesta se alargo más de lo planeado. Estire mi brazo hacia la mesita de noche con la intensión de encontrar mi celular en ella. ¡Bingo! Aquí estas pequeño. Mire la hora 10:42pm…
Dormí bastante tiempo, pero a decir verdad aun me sentía con sueño. Ya era tarde así que mejor volví a dormir.
Me puse de pie busque el interruptor de la luz y la encendí. Salí, entre al baño, me lave la boca y volví a mi habitación dispuesta a seguir durmiendo.

~****~

-(tn)____ muévete no tengo todo el día-escuche la voz de mi hermano llamarme tras la puerta.
-¿Para qué?-pregunte con voz adormilada y me acurruque entre las sabanas.
-Iremos a la ciudad. Tienes diez minutos o me voy-escuche como se marchaba.

Me puse de pie como un rayo. Si él decía diez minutos, eran diez minutos.
El reloj marcaba 8:00am. ¿Por qué diablos se le ocurre viajar a la ciudad a las 8am?
Deje de hacer preguntas tontas y corrí hacia el baño a darme una ducha.
En tiempo record ya estaba vestida.
 Click!
Tome mi celular, ipod, dinero, lo metí todo en mi bolso y salí corriendo hacia la camioneta lo más rápido que mis piernas pudieron.


~****~

-¿Podemos llevar algo de carne?
-No.
- ¿Qué tal…
-No.
-¿Y qué te parece…
-No.

Llevamos bastante tiempo en el supermercado y en el carrito de las compras no hay nada de mi agrado.

-¿Por qué no?
-Es carne.
-¿Y eso qué? 
-Soy vegetariano.-miró algunas cajas de diferentes cereales.
-¿Desde cuándo?
-Desde que estoy en la Universidad.
-¿Por qué?
-No tengo que darte explicaciones.-se decidió por una caja de cereal y la metió en el carrito.
-Yo quiero carne.
-Viviremos juntos así que habrá muchos cambios.
-Pero mi alimentación no tiene porque cambiar también.
-Tu la cambiaste hace mucho tiempo.
-¡¿Que parte de que no soy bulímica no entiendes?!-las personas que se encontraban cerca me miraron extraño, pero solo me preocupa haberle levantado la voz a Thomas.
-Bulímica o no, eres una enferma-giró el carrito en la sección de dulces.

No me regaño por levantarle la voz. Claro, estamos en un supermercado, un lugar público. Eso significa que al llegar a casa será un infierno para mi.

-¿Me dejarías tomar algo para mi?-me arriesgué a preguntar.
-Tómalo-llené una bolsita con miles de gomitas y la metí en el carrito.
-Gracias-le regale una sonrisa, que como de costumbre, no fue correspondida.

~****~

-Muchas gracias por tu compra-la cajera le devolvió la tarjeta de crédito a mi hermano después de cobrar todo lo que llevábamos-no dudes en volver pronto Thomas-le regalo una mirada coqueta a mi hermano y después me miro ¿amenazadora? 
-Claro Linzey, muchas gracias-sonrió y tomó algunas bolsas al igual que yo.
-¿La conoces?-pregunte después de estar lo bastante lejos de la cajera.
-Siempre hago las compras aquí y ella procura atenderme cada que vengo-llegamos a la camioneta, abrió el maletero, y metió las bolsas, después yo hice lo mismo.
-Al parecer creyó que soy tu novia o una de tus seguidoras. 
-¿Por qué lo dices?-preguntó, al tiempo que serraba el maletero.
-Me miro horrible-ambos entramos en la camioneta.
-Es estúpido. El parecido es notorio-arranco la camioneta.
-Supongo.

Físicamente. Solo así podríamos parecernos.
Porque yo nunca me pareceré a él, nunca seré la persona que es él.
Nunca seré la persona en la que él se convirtió.

~****~

-¿Dónde estamos? 
-Querías remodelar tu habitación, este es el lugar. Ve y has todo lo que tengas que hacer.
-Genial-baje de la camioneta, pero antes de serrar la puerta lo mire-¿me acompañarías?
-No me necesitas.
-Pero tienes un lindo gusto-sonreí-eso me ayudaría.
- Yo no pondré ni un centavo-bajó al igual que yo, ambos serramos la puerta y él puso seguro a la camioneta.
-Entendido-sonreí y camine seguida por él. 

                    

Capitulo 2. Nueva ciudad, nuevo apartamento...mismo hermano.

Este lugar es más grande y lindo de lo que es por fuera.
Me recibió un pequeño pasillo, después a la izquierda un lindo salón con un televisor y muebles. Las paredes tienen un cálido color beige, los muebles y distintos detalles, en color marrón oscuro, sencillo pero sofisticado; a la derecha una puerta que te guía a una pequeña cocina con estilo rustico, muy linda a mi parecer, los muebles son en un color crema y hay una pequeña mesita donde bien podemos comer cómodos Thomas y yo (si es que le antoja comer con su hermana) y justo en frente, escaleras de color beige con acabados de madera marrón oscuro y a un lado un corredor que te guía al baño principal.
Me asegure de que mis maletas estuvieran en la estancia y subí las escaleras con la caja en manos. Me detuve ante la primera puerta que tuve en frente, di unos leves golpes y abrí.

-¿Qué quieres?-preguntó Thomas con su ya tan común frialdad de siempre.
-Linda habitación-dije admirando todo.
 


Habitación: tercera imagen

-¿Qué es lo que quieres?-ignoró mi cumplido de hace unos segundos.

-Bueno, no se cual es mi habitación, tal vez podría ser esta, pero veo que no.
-Es la última puerta. Ya lárgate-dijo y siguió con lo suyo.

Cerré la puerta y me dirigí a la última de ellas. Note que una puerta divide la mía de la de Thomas, y supuse que siendo solo dos habitaciones ese debía ser el segundo baño.
Llegue a mi puerta y la abrí.
Esperaba una habitación divinamente decorada como la de Thomas, no esto. Una habitación prácticamente sin vida, muebles con diseño rustico de color crema, paredes en un amargo color azul (para colmo azul) una cama sencillamente decorada con un conjunto de sabanas blancas, una gran ventana con persianas, un televisor y… ¡Ah! No, esperen ¡ESO ES TODO!

-Maldita sea, esto es horrible-bufe con decepción-Después lo arreglare.

Deje la caja sobre la cama y baje las escaleras. Subí mis maletas una por una hasta que al fin todas estaban en la horrible habitación.

-Ok, acomodemos todo.

Saqué uno de los cajones del ropero lo puse sobre la cama y comencé a sacar toda la ropa de mi maleta para después meterla dentro del cajón.

Ya todo listo y guardado salí de mi habitación.

-Un recorrido no estaría mal-hable para mí misma.

Me dispuse a recorrer el apartamento. Omitiendo por completo entrar a la habitación de Thomas, que bien es obvio tengo prohibido entrar. No me lo ha prohibido, pero no tardara en hacerlo.
El lugar es más grande de lo que se ve por fuera. Las habitaciones son grandes y espaciosas todo es muy lindo con un buen gusto en decoración (a excepción de mi habitación).
Unos ruidos provenientes de lo que bien debe ser uno de los garaje (hay dos de ellos uno para el auto de cada alumno que habita el lugar. Cierto, no tengo auto)
Gracias a que la casa tiene puertas que conectan con cada uno de los garaje pude entrar con facilidad.

-¿Qué haces?-pregunte a mi hermano.
-Verificando que todo esté bien con la camioneta. Lárgate y déjame trabajar.
-Lo siento, no te molestes.

No tiene ningún derecho a hablarme así, pero no quiero hacerlo enojar. Con el paso del tiempo aprendí que no es bueno hacerlo enojar.

-Deberías descansar. No lo has hecho desde que partimos de Berlín. Tampoco lo hiciste cuando paramos a comer en la ciudad.
-¿Y qué?-dijo indiferente.
-Se te nota agotado. Descansa-sugerí.
-¿Me estás dando órdenes?-dejó su trabajo de lado y me miro con enfado.
-No, no, no. Solo…solo era una sugerencia-aclare aterrada de lo que pudiera hacerme.
-Bien, ya lárgate.

Así lo hice. Siempre tengo que acatar sus órdenes o atenerme a las consecuencias.
Entre a la cocina, mire en la alacena. No hay nada más que botellas de agua. Tome una y la lleve hacia mi boca. Bebí lento…tan lento que transcurrieron alrededor de 7 minutos y ni la mitad del agua llevaba bebida.
Escuche entrar a mi hermano a la cocina pero no hice gran caso de ello. 

-¿Cómo está todo con la camioneta?-pregunte mientras sacaba una botella de agua y se la pasaba-
-Todo bien-se sentó en una de las sillas del comedor mientras bebía de la botella. Se le ve cansado debería descansar fue un largo viaje y no ha hecho más que dormitar.
-Mmm-dude antes de seguir pronunciando palabra, debo analizar todo lo que diré ante él…es difícil la comunicación-cuando entre a tu habitación…
-¿Entraste a mi habitación?-me miro y me fulmino con la mirada…es aterrador, me llena de pánico.
-Lo hice cuando te pregunte por mi habitación. No lo he vuelto a hacer.
-Bien.-dejo la botella vacía, se puso de pie dispuesto a marcharse y dejarme sola…de nuevo.
-Oye, yo me preguntaba…bueno cuando entre a tu habitación…no sé.
-Habla.-se recargo en la pared y cruzo de brazos.
-Cuando entre a tu habitación…note que está muy linda-lo mire esperando un ‘‘gracias’’ o algo por el estilo por el mínimo alago que le hice, pero como es de esperarse no recibí nada-y cuando entre a la mía esperaba…
-Algo mejor.-termino mi oración-Confórmate con lo que tienes.
-¿Pero cómo es que la tuya es tan…genial?
-Simplemente la decore a mi gusto.
-¿Podemos hacer eso?-rodeó los ojos ante mi pregunta.
-Cada alumno decide si se queda o no con los muebles que el instituto asigna; que son los que tu tienes ahora, en caso de que el alumno los rechace tiene que comprar o traer sus propios muebles y entregar los de la Universidad-me explico.
-Genial. Podre remodelar esa horrorosa habitación. ¿Podrías tal vez mañana llevarme a la ciudad a conseguir cosas para mi habitación?-pregunte esperanzada y esboce una leve sonrisa, sabiendo que se negaría.
-¿Por qué abría de hacerlo?-pregunto indiferente.
-Pues porque… ¿soy tu hermana?-poco le interesa que lo sea.
-Por favor-rio sínicamente y suspire.
-Pero no tenemos provisiones, no hay nada en la alacena tenemos que comprar comida.
-¿Te importa?-lo mire extrañada.
-¿De qué hablas?
-¿De verdad te interesa que no tengamos comida? -alzo una ceja.
-Claro.
-En ese caso iremos mañana a la ciudad a comprar lo necesario.
-¿Me llevaras a comprar lo de mi habitación?-lo mire con un brillo en los ojos.
-Quizá.-todo quedo en silencio, silencio que segundos después fue interrumpido por una risilla de parte suya.
-¿De qué te ríes? 
-De ti.-siguió riendo.
-¿De mi? ¿Por qué?-Es normal que se ría de mi, no conmigo.
-Como si de verdad te interesara la comida, ¿para que la querrías si después la vomitas? Claro, la necesitas para tener tus atracones, solo eres una estúpida bulímica-salió de la cocina entre carcajadas.

¡Crush! Los pedacitos de mi corazón que tanto me costó reunir, desde la última vez que el imbécil me lastimo, se rompieron aun más. Sin darme cuenta los ojos se me aguaron, las lágrimas corrían y no había quien las detuviera. Entre sollozos me pregunte. ¿Por qué? ¿No le bastó con lastimarme brutalmente ya una vez? Le gusta verme sufrir.
Que mi hermano no tenga sentimientos no significa que yo igual carezca de ellos.
He llorado mares enteros por su culpa. Su inexplicable odio hacia mi es intolerable y doloroso...y recordar que hace años las cosas eran tan diferentes.
 
                      

lunes, 19 de marzo de 2012

Capitulo 1. Todo comienza el día de hoy.

Después de preguntar 4 veces sin obtener respuesta me resigno a preguntar por última vez, si no responde me olvidare de todo.

-¿Falta mucho?-pregunte con esperanzas de una repuesta.
-Si, guarda silencio-dijo él complaciéndome finalmente.
-Pero, ¿Cuánto falta?
-El tiempo que se necesite-gruño fastidiado.
-Ni siquiera quería venir.
-¿Te callas?
-Déjame en paz.
-Si no te callas te dejo en medio de la carretera-amenazo.
-Si de esa forma no tengo que ir a esa estúpida Universidad y ver tu cara todos los días me estarías haciendo un gran favor-gire mi vista a la ventana-
-¡Deja de reprochar!
-Pues no me fastidies-dije harta de su actitud.
-¡Entiende que ya no eres una niña! ¡Tienes que ir a la universidad!-gritó y me miro con ira.

Heme aquí de nuevo discutiendo con él.
No discutimos por cualquier cosa; lamentablemente me a inscrito en una Universidad en la que ni siquiera quiero estar.
El maldito se cree mi padre, que sea el hermano mayor no le da derecho de decidir lo que hare con mi vida.
Perdón, no me presente; soy (tn)____ Zürffi , tengo 18 años (creo ser suficiente mayor como para seguir siendo dominada por mi hermano) Y bueno…estoy a punto de cruzar el primer año de Universidad.
El idiota con el que discuto es mi hermano mayor. Thomas, más conocido como el orgullo de la familia Zürffi (dudo mucho que a lo que tenemos se le pueda llamar familia) Thomas tiene 20 años de edad, es serio, independiente, dedicado, sin duda alguna una persona cruel, no tiene sentimientos, goza de mi dolor y para colmo de los males es un maldito patán rompe corazones.
No le importa otra cosa que no sea su carrera y él mismo.

-¡Y crees que yo si!
-A ti te encanta ese lugar-dije lo más serena que pude.
-¡Pero no si tu estas también!

Hace años no era así, no era así conmigo…él era otro

-Nunca te dije querer ingresar ahí.
-Tienes que hacerlo nos guste o no a ambos.
-Pero no es justo.
-Ya hable contigo de esto-me regaño.
-Es tu culpa-me queje y segundos depuse quise arrepentirme de haber dicho tal cosa.
-¿Qué?-pregunto incrédulo.
-Es tu culpa que yo ingrese a esa universidad, tu me inscribiste sin siquiera preguntarme-sentí como freno en seco, dejando la camioneta en plena carretera-¿Qué te pasa, Thomas?-pregunte atónita ante su acción.
-¿Crees que por tu caprichito de seguir estudiando en Berlín dejaría que siguieras aprovechándote de la bondad de nuestra tía?-me miro enojado.
-¡Yo nunca me he aprovechado de Eliza!-automáticamente me defendí.
-Has vivido con ella por más de 4 años. La medicina implica 10 años de estudio, no dejaría que siguieras siendo una mantenida-busque algo con que defenderme y segundos después hable.
-No es justo, ella igual tuvo que mantenerte.
-Solo un año, y todo ese tiempo trabaje para apoyarla con los gastos-se defendió.
-Pero, igual lo hiciste.
-Por favor-rio irónico.
-¡Viviste solamente un año con ella solo por el hecho de que ingresaste a la Universidad y para tu suerte es un internado!-vi como alzo la mano para golpearme-¡Perdón, me callare!-solo serré los ojos esperando el impacto, pero nada paso. Thomas suspiro, bajo su mano y arranco la camioneta tomando el camino de nuevo.
-Solo no molestes.

Mi tía Eliza. Thomas y yo somos huérfanos, hace mas de 4 años nuestros padres murieron en un incendio en la clínica donde trabajaban, curiosamente todos en la familia Zürffi estamos destinados a tener éxito en la rama medica; nuestra tía Eliza era la única familia que teníamos en ese entonces en Berlín así que acudimos a ella, nos crio en la ausencia de mis padres. Thomas solo estuvo un año con nosotras, después ingresó a la Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universität en la facultan de medicina, con la colegiatura ya pagada anteriormente por mi padre; ya que mucho antes de su muerte ya tenía nuestro futuro planeado.
Por mi parte, viví durante 3 años más con mi tía hasta terminar la preparatoria. Quería seguir en Berlín y estudiar la Universidad ahí, por esa misma razón rechacé la beca para la que anteriormente había aplicado en la misma Universidad, pero Thomas cambio mis planes al volver a Berlín ordenándome empacar mis cosa e irme con él a Bonn.

Me coloco lo audífonos tratando de ignorar la presencia de aquel monstruo…aun lo siento a mi lado…subo mas el volumen de la música hasta no sentirlo más.
Al ver por la ventana todo son arboles y yerbas, pero hay algo a lo lejos que llama mi atención ¿son edificios? no logro distinguir que es

-Thomas-llamé a mi hermano-¿qué es eso que se ve adelante?-me quite los audífonos y seguí mirando aquello a lo que no le encontraba forma alguna.
-La Universidad-respondió sin quitar la vista del frente.
-¡Ah!-grite con emoción sabiendo que pronto terminaría el estresante viaje-Dale, mueve tu chatarra y ve más rápido.
-¿Eso es una orden?-preguntó con enojo-
-No, lo siento, pero por favor ve más rápido-suplique.
-No-su respuesta es segura y no puedo hacer más que tragarme las ansias.

Con forme avanzamos en la carretera la Universidad se ve más cercana y más grande, Thomas es una tortuga al volante.
Por fin nos vemos cruzando las cabinas de seguridad que dividen el instituto del exterior, ante la atenta mirada de los guardias pasamos sin ningún problema.
El lugar es enorme, los edificios lo son igual, todo es majestuoso. Lo admiro todo desde la camioneta y las ansias de tocar el suelo me carcomen por dentro.
Cruzamos todo lo que es el área de las facultades y entramos a lo que parece ser un fraccionamiento

-¿Dónde vamos?-pregunte mirando por la ventanilla.
-A nuestro apartamento.
-¿Apartamento?-estaba incrédula-Creí que eran edificios con dormitorios.
-Creíste mal.

Veía chicos, y chicas, abrasarse, conversar, tal vez conversan sobre su verano, sobre lo divertido que la pasaron y ese tipo de cosas; algunos se despiden de sus familias que vienen a dejarlos, etc.
Los apartamentos se ven muy lindos y espaciosos desde afuera, me pregunto si será igual por dentro. Thomas estaciona la camioneta en frente de uno de los apartamentos, no es muy diferente a los otros, pero es lindo de igual forma.
Antes de que pueda bajar de la camioneta Thomas me detiene tomándome firmemente del brazo.

-Meteré tus cosas y enseguida entras, pero no bajes de la camioneta –ordenó.
-¿Por qué?-mire su mano sostenerme con fuerza y después lo mire.
-Porque yo lo digo-me soltó y bajó de la camioneta, mientras me quede en mi lugar tal y como dijo.

Me pasme al ver como chica tras chica en cuestión de segundos comenzó a rodear a mi hermano, sin embargo este las ignora y baja cada valija para después meterla al apartamento ignorando la presencia de las chicas. En su lugar me sentiría asfixiada. 
¡Diablos, mi hermano es extremadamente codiciado aquí (también)! Lo que me faltaba, otro lugar donde las personas se acercaran a mi solo por mi hermano, razón principal por la cual nunca he tenido verdaderos amigos. Las chicas solo me buscan por mi hermano y los chicos huyen de mi por temor a él.

-Ya, bajate-dijo Thomas abriendo la puerta de mi lado.
-¿Qué hiciste con las chicas?-me percate que las chicas habían desaparecido.
-Les dije que me esperaran en la cancha de baloncesto. 
-¿E iras?
-Claro que no. Antes de entrar ve con aquella mujer-la señalo y entro al apartamento.

Me acerque a la antes ya mencionada mujer. De unos 40 años, cabello castaño, liso, hasta los hombros y ojos marrones. 
Se encontraba sentada en una silla detrás de una pequeña mesa, como formando una especie de escritorio, rodeada de cajas y mas cajas de cartón.
-Disculpe señorita, ¿su nombre, por favor?-dijo la mujer amablemente.
-(tn)____, (tn)____ Zürffi-respondí, debe de estar aquí para orientar a los alumnos sobre sus departamentos, supongo.

-¿Zürffi?-ojeo su libreta donde al parecer tenia los nombres de los alumnos-Mmm si, aquí esta. (tn)____ Zürffi. Estas son las llaves de su departamento-tome las llaves y ella pregunto-¿Primer año, cierto?
-Si.-Ella se puso de pie, tomo una de las tatas cajas de cartón que la rodeaban, me la extendió y la tome extrañada.
-¿Qué es esto?-mire la caja.

La caja tiene dos calcomanías una con el sello del instituto y otra con mi nombre y el grado que cursó

-Son sus libros, y todo lo necesario
-Ah, gracias, ¿eso es todo?-mire a la mujer.
-Claro, ya puede irse. Ah, señorita Zürffi.-se apresuro a llamarme.
-¿Si?
-Bienvenida –me dedico una cálida sonrisa.
-Gracias-le sonreí devuelta, acomode un poco la caja entre mis brazos y entre al que ahora es mi apartamento.